En un momento cargado de tensión diplomática, el secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, y el representante de Comercio, Jamieson Greer, anunciaron que han alcanzado un acuerdo con China sobre el futuro de TikTok: la red social continuará operando en EE.UU., pero bajo un marco que “respeta los intereses y la seguridad” estadounidenses, sin dejar de ser “justo para la parte china”.
La negociación y su escenario
El telón de fondo: Madrid. En la capital española, se mantuvieron conversaciones que culminaron en lo que se describe como un marco ya cerrado entre ByteDance y empresas estadounidenses. Bessent aseguró que los términos financieros ya fueron pactados, aunque no compartirá detalles por tratarse de acuerdos privados.
“Tenemos un marco para el acuerdo con TikTok”, dijo Bessent ante la prensa. Más allá del silencio sobre cifras y cláusulas, lo esencial quedó claro: TikTok pasaría a manos estadounidenses, al menos operativamente, para asegurar la protección de datos y soberanía digital.
Greer, por su parte, enfatizó que no se buscarán aplazamientos adicionales (“no vamos a entrar en una dinámica de aplazamientos continuos”), salvo lo necesario para firmar formalmente lo acordado.
Trump, Xi y un reloj que corre
Quien también tomó el micrófono fue el presidente Donald Trump, quien en Truth Social celebró las conversaciones como “muy bien”, y dijo que el acuerdo rescata una plataforma que los jóvenes estadounidenses “querían mucho salvar”.
El asunto tiene fecha límite: este septiembre expira el término legal que obliga a ByteDance a desinvertir de TikTok, según leyes estadounidenses de seguridad nacional. Sin prácticamente margen para más extensiones, el viernes se prevé una llamada entre Trump y el mandatario chino Xi Jinping, para dar cierre oficial al trato.
Lo que no se dijo… pero pesa
No se han revelado los detalles: ¿qué condiciones impondrá EE.UU. sobre la propiedad intelectual? ¿Presencia china retenida? Tampoco está claro cuánto control quedará en manos estadounidenses o qué garantías dará China para proteger sus intereses.
Además, el trasfondo político no es menor. En Washington se han manifestado durante años temores sobre la privacidad de datos, la influencia extranjera y la seguridad nacional. Estas preocupaciones alimentaron las leyes que hoy exigen que TikTok modifique su estructura corporativa.
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