La violencia contra cuerpos de seguridad en Hidalgo sumó un nuevo y trágico capítulo este sábado. Dos policías municipales fueron asesinados a balazos durante una persecución a presuntos huachicoleros en el municipio de Mixquiahuala de Juárez.
Los agentes, identificados con las iniciales A. E. L. C. y E. H. T., de 43 y 23 años respectivamente, tripulaban la patrulla número 117 cuando intentaron interceptar a un grupo de hombres armados que viajaban en una camioneta Oxford gris y una motocicleta negra con naranja.
La persecución culminó violentamente alrededor de las 13:10 horas en la entrada del poblado de Felipe Carrillo Puerto, donde los oficiales fueron emboscados y acribillados por los sospechosos y supuestos pobladores. Tras la agresión, los responsables se dieron a la fuga, dejando los cuerpos sin vida en el sitio.
La Procuraduría General de Justicia del Estado de Hidalgo (PGJH) envió peritos y agentes de investigación para acordonar la escena, levantar los cadáveres y comenzar con las diligencias del caso.
Ola de violencia imparable: asesinan a ‘El Guacho’
La ejecución de los policías ocurrió solo 12 horas después del asesinato de dos individuos en San Francisco Bojay, municipio de Tula, quienes fueron emboscados cuando circulaban en una camioneta Tiguan gris sobre la carretera Tepetitlán-Tula.
Uno de los fallecidos fue identificado como “El Guacho”, lugarteniente de “El Selva”, líder de una célula de Los H, grupo delictivo que mantiene fuerte presencia en la región. Cabe recordar que El Selva fue asesinado el pasado 22 de junio.
Seis policías ejecutados en menos de dos meses
Con el doble asesinato de este sábado, ya son seis policías asesinados en menos de dos meses en Hidalgo:
- El 20 de julio, el agente Israel Martínez Hernández murió emboscado en Tula.
- Entre el 6 y 7 de julio, Vicente Monroy Ballesteros y Paulino Castañeda Aguilar, ministeriales de la PGJH, fueron secuestrados y torturados hasta la muerte por una secta satánica en el templo Angelito Negro 666, en Pachuca.
- El 7 de agosto, Bernardino Cortés de la Cruz, policía estatal en Jacala, murió de un disparo presuntamente accidental en su hogar en Pachuca, a manos de un compañero.
Este repunte de violencia ha encendido alertas en las corporaciones de seguridad y en el gobierno estatal, que enfrenta crecientes cuestionamientos por la falta de control en zonas dominadas por células del crimen organizado, especialmente Los H, con fuerte influencia en Tula, Mixquiahuala y municipios aledaños.
