En medio de carencias hospitalarias, rezago en el transporte público y operativos contra el huachicol que evidencian el vacío institucional en varias regiones, el gobierno de Hidalgo ya tiene clara su prioridad: demoler y reconstruir el Salón de Plenos del Congreso local.
La Secretaría de Infraestructura Pública y Desarrollo Urbano Sostenible (SIPDUS) publicó la licitación pública para los trabajos de demolición, que comenzarán el 30 de octubre y concluirán hasta el 28 de febrero de 2026. La obra —que fue anunciada hace meses sin detallar avances concretos— ahora sí tiene calendario… y presupuesto.
Entre los conceptos a ejecutar se encuentra el retiro con “recuperación” de butacas, curules, pódium, estrado, domo solar, el lábaro patrio en madera y hasta vitrinas con documentos históricos. Todo será desmontado para dar paso a un nuevo salón que, según el propio titular de SIPDUS, costará menos de 70 millones de pesos.
Aunque el presidente de la Junta de Gobierno del Congreso, Andrés Velázquez, había dicho que podrían sesionar en algún espacio prestado por la Secretaría de Cultura, el plan se descartó “por los costos del traslado”. En su lugar, se optará por improvisar dentro del mismo recinto.
Así, mientras miles de personas siguen esperando servicios médicos adecuados, infraestructura hídrica funcional o calles sin bache.
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