El USS Gerald Ford, el portaviones más grande del mundo, se incorporó este martes 11 de noviembre al operativo de la Marina de Estados Unidos contra el tráfico de drogas procedente de Latinoamérica, un despliegue que el Gobierno de Venezuela interpreta como una acción de presión para provocar la salida del presidente Nicolás Maduro.
De acuerdo con el Comando Sur de las Fuerzas Navales de Estados Unidos, la nave —cuyo despliegue fue ordenado hace casi tres semanas— ya entró en su zona de responsabilidad, que abarca América Latina y el Caribe.
En un comunicado, el portavoz del Pentágono, Sean Parnell, afirmó que el portaviones reforzará la capacidad estadounidense para “detectar, vigilar y desarticular a los actores y actividades ilícitas que comprometen la seguridad y prosperidad del territorio estadounidense y la seguridad en el hemisferio occidental”.
El Gobierno de Donald Trump ha realizado desde principios de septiembre una veintena de ataques en el Caribe y el Pacífico, en los que han muerto 76 presuntos narcotraficantes, según datos difundidos por la Casa Blanca.
Sin embargo, Estados Unidos no ha presentado pruebas de que las embarcaciones atacadas se utilizaran para el tráfico de drogas o representaran una amenaza directa para el país.
Estas operaciones han generado preocupación en Caracas, donde autoridades venezolanas consideran que el despliegue militar forma parte de una estrategia para presionar y desestabilizar al gobierno de Nicolás Maduro.













