Manuela Molina, “La Barragana”: la mujer olvidada que volvió al Grito de Independencia

Manuela Molina La Barragana mencionada en el Grito de Independencia

Anoche, cuando Claudia Sheinbaum hizo sonar la campana de Dolores y lanzó sus 22 arengas, un nombre sorprendió y conmovió: “¡Viva Manuela Molina, La Barragana!”.

Una vida fuera de los relatos oficiales

De Manuela Molina poco se sabe en la historia formal. Fue relegada a los márgenes de la memoria por su apodo, “La Barragana”, con el que se designaba a las mujeres que mantenían una relación no reconocida legalmente.

Sin embargo, crónicas señalan que colaboró con la insurgencia, brindando apoyo, refugio e información a quienes encabezaban la lucha. Su vida refleja el papel de las mujeres comunes en la independencia, aunque sin reconocimiento oficial.

El eco de las mujeres invisibles

Al evocarla, Sheinbaum buscó rescatar a las mujeres olvidadas de la historia. Junto a Josefa Ortiz, Leona Vicario y Gertrudis Bocanegra, Molina simboliza a las miles de mujeres indígenas, mestizas y pobres que sostuvieron la insurgencia desde la sombra.

Un gesto político y de memoria

Al gritar también “¡Vivan las mujeres indígenas!”, la presidenta ligó el recuerdo de Molina con el reconocimiento de los pueblos originarios en la construcción de México. Fue un acto de reivindicación histórica y feminista.

Del estigma al símbolo

De “La Barragana” no hay retratos ni fechas exactas, pero su nombre, pronunciado desde el balcón presidencial, se convirtió en símbolo colectivo. En el eco del Zócalo resonaron las voces de todas las que fueron invisibles.

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